Cómo crear tu portfolio ideal
En el modelaje, como en la vida, no basta con ser guapo. La industria está llena de rostros simétricos y pómulos elevados que jamás consiguieron un casting. ¿El motivo? No supieron contar su historia. Porque sí, aunque parezca paradójico, un buen modelo no es el que más posa, sino el que mejor se expone. Y no hablamos de exhibicionismo digital, sino de estrategia visual. En ese escenario, el portfolio es tu manifiesto: no una colección de fotos bonitas, sino una declaración de principios estéticos, actitud profesional y potencial narrativo.
El propósito de un portfolio
Un portfolio efectivo no dice “mírame”, dice “mira lo que puedo hacer contigo, con tu marca, con tu visión”. Es tu carta de presentación, pero también tu herramienta de seducción. ¿Qué busca un cliente? Un modelo que pueda ser camaleón, musa y lienzo a la vez. Y si tu book no lo muestra, lo siento, pero nadie va a detenerse a preguntarte qué tan “versátil” eres.
¿Qué es un portfolio?
El portfolio es ese documento visual —físico o digital— donde demuestras que puedes ser desde musa de alta costura hasta rostro fresco de una campaña de belleza, pasando por alma rebelde en editorial de calle. Es, en esencia, un espejo de tu potencial. Pero no cualquier espejo: uno que sepa reflejar luces y sombras, expresiones y silencios.
Qué debe incluir (y qué no)
Imagina tu portfolio como un desfile en miniatura. Cada foto debe contar una historia distinta, pero todas deben pertenecer a la misma novela. Necesitas:
- Fotos de moda: No sólo la ropa, sino la actitud con que la vistes.
- Retratos de belleza: Con maquillaje y sin él, como quien muestra la piel y también el alma.
- Fotos de acción: El cuerpo en movimiento habla más de ti que cien fotos estáticas.
- Polaroids (o polas): Sin maquillaje, sin artificios. La verdad sin filtros. Son como el CV en Times New Roman: básicas, pero imprescindibles.
Un portfolio sin polas es como un actor sin monólogo: nadie puede evaluar tu materia prima.
El arte de seleccionar: menos es más, pero nunca mediocre
Si tus mejores fotos son siete, no pongas diez. Mejor impactar que aburrir. Usa imágenes en alta resolución, con retoque sutil y coherencia estética. Y actualízalo. Un portfolio anticuado es como presentarte con un fax a una entrevista de trabajo: exuda obsolescencia.
No olvides los detalles logísticos
Sí, eres arte. Pero también eres producto. Incluye tu información de contacto, tus medidas, tu color de ojos y cabello. Si perteneces a una agencia, menciónalo. Si no, haz que tu portfolio lo parezca.
Errores que te harán invisible
Fotos pixeladas o mal iluminadas. Si tu prima te hizo el book con su iPhone 8, tal vez es hora de subir el estándar.
- Falta de variedad. No basta con cambiar de camiseta y fondo. Cambia de personaje.
- Retoque excesivo. Si tu cara parece una ilustración digital, algo va mal. El cliente no contrata filtros.
El toque maestro: autenticidad
Sé tú. Pero sé la mejor versión fotográfica de ti mismo. No intentes parecer lo que no eres, pero sí explora todas las facetas que puedas habitar con verdad. Crear tu portfolio es tu primer acto de dirección artística. Hazlo con intención, con ojo crítico, con ambición. Porque en la pasarela de la vida, como en la moda, lo importante no es sólo caminar… es dejar huella.